sábado, 24 de mayo de 2014

crisis en el siglo XIV



Crisis del siglo XIV


Crisis del siglo XIV es la denominación historio gráfica de uno de los períodos que puede considerarse como de crisis secular o crisis general, al menos para Europa y la cuenca del Mediterráneo. Temporalmente abarca el tramo final de la Edad Media, hasta la recuperación de la población, el dinamismo económico y el nuevo vigor cultural que trajeron el Renacimiento y la Era de los Descubrimientos. En las interpretaciones de la historia de la civilización occidental se la considera un factor determinante para explicar la transición de la Edad Media a la Edad Moderna.



Consecuencias

Las consecuencias no fueron negativas para todos. Los supervivientes acumularon inesperadamente capital en forma de herencias, que pudo en algunos casos invertirse en empresas comerciales, o acumularon inesperadamente patrimonios nobiliarios. Las alteraciones de los precios de mercado de los productos, sometidos a tensiones nunca vistas de oferta y demanda cambió la forma de percibir las relaciones económicas: los salarios (un concepto, como el de circulación monetaria ya de por sí disolvente de la economía tradicional) crecían al tiempo que las rentas feudales pasaron a ser inseguras, obligando a los señores a decisiones difíciles. Alternativamente primero tendieron a ser más comprensivos con sus siervos, que a veces estuvieron en situación de imponer una nueva relación, liberados de la servidumbre; mientras que en un segundo momento, sobre todo tras algunas rebeliones campesinas fracasadas y duramente reprimidas, impusieron en algunas zonas una nueva refeudalización, o cambios de estrategia productiva como el paso de la agricultura a la ganadería (expansión de la Mesta).



LAS PERSISTENTES GUERRAS




Pese a tan desolador panorama, la guerra no se detendría ni un momento, añadiéndose a los infinitos males de una sociedad en general exhausta, en donde la muerte era un espectáculo habitual, prácticamente cotidiano.

La Europa de finales de la Baja Edad Media parecía, a decir verdad, un auténtico escenario bélico, y las batallas desempeñarían su propio rol, evidentemente negativo, sobre la demografía y las mentalidades colectivas. La más célebre de este período, la Guerra de los Cien Años, estalló en 1337 entre Francia e Inglaterra debido a cuestiones dinásticas e intereses comerciales, y terminó en 1453, contribuyendo por su larguísima duración y notable crueldad a aumentar aun más si cabe la crisis demográfica y económica. En tales circunstancias, es justo que pueda parecer milagroso el nuevo resurgimiento que experimentaría Europa desde finales del siglo XV y principios del XVI, durante el llamado Renacimiento.
La peste negra sacude Europa

Obviamente, la carestía de recursos y alimentos básicos debilitaba a una población que, en general, era víctima de la desnutrición y la malnutrición, pero se cebaba de forma especialmente notable sobre las clases humildes, las más necesitadas. La consecuencia primera de las crisis alimentarias era, casi de inmediato, la aparición y fácil propagación de toda clase de enfermedades contagiosas. De entre todas ellas, la más famosa, temida y destructiva era sin duda la peste bubónica, o negra.

Esta pandemia, causada por una bacteria (Yersinia pestis) que se transmite por la picadura de las pulgas (parásitos a la vez de las ratas, animal muy abundante en el Viejo Mundo), era ya una vieja conocida en la Europa medieval, desde la antigüedad. Sin embargo, el brote de peste de los años 1347-53, que tuvo su peor momento en el año 1348, fue especialmente mortífero y devastador. En términos generales, se puede decir que casi todas las ciudades y aldeas vieron reducidas drásticamente sus poblaciones en un tercio, y a menudo, incluso a la mitad (o menos). En los peores casos, muchos núcleos de población fueron totalmente abandonados en cuestión de días, pues sus habitantes huían a otros lugares, por miedo al contagio. Florencia vio perder de este modo aproximadamente el 80-90% de su población en un tiempo récord.

Aquella brutal pandemia parece deberse a, o tener su origen en, las tripulaciones infectadas de algunos barcos mercantes genoveses que, procedentes de varios puertos del Asia Menor -región en donde la peste era un mal endémico, desde la invasión mongola del siglo XIII-, desembarcaron con su horripilante carga de enfermos contagiosos en varios puertos italianos (Messina, Génova, Venecia) y franceses (Marsella) en el año 1347. Desde allí, en cuestión de unos pocos meses, la peste se extendería por el resto de Europa, afectando primero a Italia y luego a Francia, para inmediatamente después alcanzar Suiza, Alemania, la Península Ibérica, Inglaterra, y por último (entre 1349 y 1350), Escandinavia.

Debido a su relativo aislamiento y escaso nivel de urbanización, unas cuantas zonas afortunadas, como ciertos puntos de los Pirineos, la Polonia Central y la remota Finlandia se pudieron salvar del desastre, o sufrieron poco sus efectos. En cambio, las regiones más afectadas fueron las más densa mente pobladas y urbanizadas: Italia y Francia.

El italiano Boccaccio escribió su famosa obra El Decamerón usando como telón de fondo la peste que asolaba su país, algo que pudo contemplar, horrorizado, en primera persona: los protagonistas, todos ricos y sanos (miembros, nótese, de la clase nobiliaria, unos privilegiados), trataban de escapar del contagio, refugiándose en lugares aislados, mansiones apartadas del mundo y de los caminos principales, los cuales funcionaban como siniestras vías de dispersión para la enfermedad.

La peste dejaría tras de sí un paisaje deprimente, cuajado de ciudades antaño populosas y florecientes, pero repentinamente vacías, moribundas. La epidemia cortó por lo sano el desarrollo económico; la expansión territorial y agrícola se frenó bruscamente, al desaparecer de la noche a la mañana la hasta entonces abundante mano de obra, miles de trabajadores que habían hecho posible el sueño del hombre europeo de conquistar nuevas tierras al bosque y la ciénaga, dominadas bajo la forma de nuevas áreas de cultivos y colonias rurales. Esta crisis también tendría su reflejo sobre los demás sectores de la economía, todos tan interconectados, como la artesanía y las actividades mercantiles, que cayeron en picado.



lunes, 19 de mayo de 2014

arquitectura en la baja edad media


Arquitectura  Románica


 
 


Se llama estilo románico en arquitectura al resultado de la combinación razonada y armónica de elementos constructivos y ornamentales de procedencia latina, oriental (bizantinos, sirios, persas y árabes) y septentrional (celtas, germánicos, normandos) que se formó en la Europa cristiana durante los primeros siglos de la baja Edad Media.

                                                                                                                                                                      Épocas del románico 

La época en que se considera que se desarrolla el estilo románico comprende los siglos XI y XII, sin exclusión de otros siglos anteriores y posteriores, pues aunque algunos edificios del siglo X tal vez ya puedan calificarse de románicos, se erigieron otros verdaderamente tales en diversas zonas (especialmente, en Asturias y Galicia) durante la época gótica hasta casi alcanzar el Renacimiento.


 Edificios románicos

Las catedrales:

   Las catedrales no tuvieron gran importancia hasta el siglo XII pues frecuentemente las superaba en magnificencia las iglesias monacales pero desde dicho siglo fueron creciendo en interés social y arquitectónico. Y como servía para defensa de las ciudades y eran centro de reuniones civiles, presentan el aspecto de fortalezas con sus torreones almenados y muy robustos muros.




Los  monasterios :



Los monasterios con sus iglesias abaciales revistieron capital importancia desde el siglo VI pero hasta el siglo XI no debieron llamar la atención en el terreno arquitectónico pues los monjes, más que a la arquitectura se dedicaban al cultivo de las ciencias y las letras aroturaciones de terrenos y al mejoramiento y organización del estado social. A partir de dicho siglo, las riquezas que por donaciones iban adquiriendo los monjes y el favor que gozaban de los señores feudales les proporcionaba medios para la construcción de sus iglesias y monasterios a gran escala. En éstos, se distinguen como obra de arte, además de la iglesia, la sala capitular para las reuniones y losclaustros. En las iglesias monacales suele estar muy desarrollado el ábside y en las pertenecientes a grandes monasterios, también elcrucero para dar cabida a los numerosos monjes que allí constituían el coro.  

claustros 



Los claustros fueron, como son ahora, patios interiores con peristilo, recuerdo de los atrios de las antiguas basílicas, diferenciándose en que lascolumnas de las arcadas no apoyan inmediatamente sobre el suelo sino sobre un pódium corrido. Se encuentran ya desde este periodo formando parte no sólo de los monasterios, sino también de las catedrales. Se conservan todavía restos de claustros del siglo XI en algunas catedrales, entre otros el de Elna (Rosellón) y el de Seo de Urgel. Muchos hay de monasterios como:






  • Santo Domingo de Silos
  • San Benet de Bages
  • Sant Cugat del Vallés
  • San Juan de la Peña (Huesca)










Los campanarios 



Los campanarios formaban parte principal de las iglesias o estaban unidos a ellas. Se construían en Italia con más independencia de las mismas. En Francia y Alemania, empezaron a erigirse torres gemelas a los lados de la fachada en iglesias importantes como ya las había indicado el plano del monasterio de San Gall. Pero lo más común en el estilo románico era situar una sola torre-campanario en un lado del crucero o sobre el mismo. Por regla general, su planta es cuadrada aunque en alguna rara ocasión la tienen redonda o poligonal, elevándose uniforme en toda su altura.

 cementerios 


Los cementerios se construían junto a las iglesias ya desde siglos remotos sin que hasta el siglo XIII se diera sepultura dentro de los templos de no tratarse de santos, obispos,abades o reyes aunque éstos últimos generalmente, se enterraban en criptas. Los fundadores de iglesias y monasterios y otras personas distinguidas tenían sus sepulcros en los pórticos o en la pared exterior del templo o en los claustros como lo revelan muchos edificios todavía existentes. Los sarcófagos eran poco suntuosos consistiendo en cajas de piedra más o menos decoradas con ornamentación románica e inscripciones y que raras veces ostentan la figura del difunto en relieve.





construcciones  civiles y militares 




Las construcciones como casas, palacios y castillos se modelaban según el estilo románico de las iglesias en el ornato, en las puertas, ventanas, etc. aunque siempre con menor aparato externo. Los palacios tenían un pórtico o patio interior a semejanza de la casa romana. Los castillos no empezaron a llevar los saledizos llamados barbacanas sino desde el siglo XII generalizándose en el siglo XIV. Pero antes había en lugar de ellos unas galerías abiertas hechas de madera, llamadas también matacanes o ladroneras como las barbcanas todo lo cual fue traído de Oriente por las Cruzadas. Los castillos señoriales ostentan a la entrada del recinto fortificado una torre ancha y robusta llamada torre del homenaje. Son célebres entre los monumentos civiles y militares de esta época
las murallas de Ávila
el castillo de Loarre (Huesca)
el castillo de Turégano (Segovia)
el castillo de Carcassonne (Francia)
el palacio de los duques de Granada de Ega, en Estella (Navarra)






Arquitectura Gótica

La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte Gótico, el estilo artístico comprendido entre el Románico y el Renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidental —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.

Características generales:

La arquitectura gótica emplea sillares de piedra bien labrados. Sus elementos esenciales son el arco apuntado y la bóveda de crucería, compuesta por arcos que se cruzan diagonalmente, llamados nervios, con una clave central. Este tipo de bóveda concentra los esfuerzos en cuatro puntos determinados en que apoyan los nervios cruzados, lo que permite prescindir de los muros macizos del Románico, sustituidos por amplios ventanales con vidrieras, de mayor luminosidad. Es más ligera al completarse los espacios entre los nervios con plementería, lo que permite elevar el conjunto. Al evolucionar el Gótico se emplean otros tipos de arcos (conopial, carpanel) y de bóvedas más complejas y decorativas (sexpartitas, de terceletes, de abanico, estrelladas, etc).








Arquitectura gótica


La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte Gótico, el estilo artístico comprendido entre el Románico y el Renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidental —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.

Caracteristicas


La arquitectura gótica presenta innovaciones técnicas y constructivas notables, que permitieron levantar estructuras esbeltas y ligeras con medios y materiales sencillos. Las principales aportaciones constructivas, al igual que en el románico, se centran en las cubiertas.



La planta de las grandes iglesias góticas responde a dos tipos principales:
de tradición románica. En él se observan casi las mismas formas que en el estilo románico y más comúnmente la de cruz latina, con girola o sin ella pero con los brazos poco salientes y con los absidiolos o capillas absidiales frecuentemente poligonales. Las iglesias abaciales, sobre todo, cistercienses, siguen este tipo con brazos muy salientes como en la época románica. Y en las iglesias menores o populares se adopta como planta más común la de cruz latina o la rectangular y con un solo ábside poligonal en la cabecera;
de salón. La planta carece de crucero de brazos salientes (aunque no deja de ostentarse más o menos la simbólica cruz de enmedio), el templo de salón presenta una disposición basilical y posee, como mínimo, tres naves de igual altura y, por consiguiente, un sistema de iluminación lateral. Los espacios interiores son amplios y desahogados, abarcables con una sola mirada y tremendamente unitarios.


Estructura y estilo 


lunes, 5 de mayo de 2014

Resurgimiento urbano

Se dio en Europa en la etapa de la Baja Edad Media , entre en siglo X y el siglo XV.
Las primeras ciudades que volvieron a surgir, se les llamo burgos, que eran ciudades especializas en el comercio e independientes de los feudos.
Un ejemplo de ellas es Florencia en Italia.

Resurgimiento Urbano  
Durante los siglos XII y XIII, el mundo medieval empezó a experimentar una serie de cambios sin retroceso. Empezó a apreciarse un incremento de la población como consecuencia de un notable aumento de la producción agrícola debido principalmente a :
1. La roturación de nuevas tierras.
2. Aparición del arado de vertedera en sustitución del antiguo arado romano.
3. Comienza a utilizarse el caballo como animal de tiro en sustitución de los bueyes.
4. Invención de nuevas herramientas agrícolas como la guadaña, collera y herradura de clavos.
5. Se perfeccionaron los molinos de agua y viento.
6. Mejoras en las técnicas de regadío, introducidas principalmente por los árabes (norias, acequias).
7. Introducción de nuevos cultivos como los cítricos, azafrán, berengenas, caña de azúcar, etc, la mayoría de ellos traídos a la península por los árabes.
8. Una mejor adecuación de los sistemas de cultivo. La rotación bienal, dejó paso a la rotación trienal, en la cual la tierra se dividía en tres hojas de cultivo, en una se sembraba cereal, en otra legumbres y otra se dejaba de barbecho. En esta última que no se cultivaba, se dejaba pastar al ganado para que con sus excrementos, abonara la tierra.
Como consecuencia de esta mayor producción, aparecieron los primeros excedentes agrícolas, que pronto empezaron a comercializarse, posibilitando el acercamiento del campo a la ciudad. Esto hizo posible el resurgimiento de antiguas ciudades y la creación de otras nuevas.
Otras causas por la que hubo un fuerte desplazamiento de población del campo a la ciudad, fueron el rechazo del servilismo extremo al que se veían sometidos los campesinos por parte del señor feudal así como la aspiración a tener un oficio y el deseo de los reyes de ampliar sus territorios y su autoridad, fundando villas reales (Villas nuevas o Villas francas), con el asentamiento de gentes de toda condición, que dependían directamente del rey. Éste las liberaba del yugo feudal y les concedía franquicias.

A estas nuevas ciudades, se las llamó burgos y a sus moradores burgueses. Los burgos solían estar rodeados de una muralla defensiva, dotada de torres de vigilancia y puentes levadizos en sus puertas que impedían el paso hacia el interior. Celebraban en su interior ferias y mercados donde se llevaban a cabo importantes transacciones comerciales. Los mercados se celebraban una o varias veces a la semana y se comerciaban principlmente con productos agrícolas; las ferias generalmente eran anuales, con fecha fija, y en ellas se comerciaba con ganado y herramientas. Hubo ferias que alcanzaron fama internacional por la importancia de sus intercambios,por ejemplo las ferias de las ciudades de Medina del Campo (Valladolid) y la de Zafra (Badajoz). Los reyes y los concejos de las ciudades, intentan proteger a los mercaderes poniendo graves sanciones a los delitos cometidos en los mercados y ferias; así por ejemplo estaba prohibido el uso de armas en los mercados.
El trasiego de mercancías favoreció la aparición de rutas comerciales, tanto terrestres como marítimas, así como de agrupaciones de mercaderes y negociantes, como fue el caso de la Hansa en el Norte y Centro de Europa, que protegía y controlaba los negocios de sus asociados.
Para favorecer los intercambios comerciales, la banca creó dos nuevos sistemas de financiación: la Venta a crédito y la Letra de cambio.


baja edad media

La baja Edad Media

Papa Urbano II
Papa Urbano II
En esta época la vida urbana y las ciudades prácticamente desaparecieron, como consecuencia de las invasiones y la implantación del régimen feudal. Pero a partir de los siglos X y XII, la roturación de tierras, el incremento de la población y el aumento de los rendimientos agrícolas generaron un excedente tanto de mano de obra como de producción agrícola, que revirtió el desarrollo de las ciudades. Surgió así una nueva clase de comerciantes y artesanos, llamada burguesía que impulsó el intercambio entre el campo y la ciudad, permitiendo la apertura de rutas comerciales entre regiones alejadas. Estos hechos fueron decisivos para la expansión territorial de los reinos cristianos y el desarrollo del comercio marítimo.
En esta etapa de la Edad Media uno de los hechos más destacados lo constituyó el ideal religioso de defensa de los Santos Lugares (donde había vivido Cristo) conquistados por los musulmanes, lo que se vio reflejado en la realización de una de las mayores empresas de la cristiandad medieval: las cruzadas. Ellas sirvieron para aumentar los límites del poder europeo, desarrollar el comercio mediterráneo y aliviar la presión musulmana sobre el imperio bizantino.
La primera cruzada tuvo lugar en el siglo XI por autorización del Papa Urbano II y culminó con la conquista de Jerusalén por los expedicionarios. Más tarde, en los siglos XII y XIII, se llevaron a cabo nuevas cruzadas, que dieron como resultado la fundación de efímeros reinos cristianos en el cercano oriente, que terminaron en poder de los turcos otomanos.
Dentro de la expansión territorial de Europa se destaca la colonización de los alemanes en el este del continente y el avance de la reconquista en España, empresas cuyo gran sentido religioso propició el surgimiento de las órdenes de caballería.
En el siglo XII las monarquías europeas empezaron a imponer su autoridad sobre los señores feudales, para lo cual se aliaron con la burguesía de las ciudades.
Los estados instituyeron nuevas organizaciones políticas, llamadas cortes o parlamentos, que aprobaban las leyes e impuestos que debían aplicarse en todo el territorio de los respectivos reinos.
Durante el reinado de Felipe II Augusto, en Francia se desarrolló una política de centralización y expansión de la Corona hacia los ducados (estado gobernado por un duque) independientes. En Inglaterra, en tanto, se redactó la Carta Magna, primera expresión de las bases institucionales por las que el poder inglés quedó regulado y sometido a las cámaras parlamentarias.
Durante la segunda mitad del siglo XII, el emperador alemán Federico I Barbarroja impuso su poder sobre el papado de Roma; pero a finales del siglo el Papa Inocencio III logró imponer el poder de la iglesia sobre todos los reinos cristianos.
A lo largo del siglo XIV tuvo lugar una profunda crisis económica, social y espiritual, detonada por factores como el aumento demográfico, las revueltas campesinas contra los señores, la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, la gran epidemia de la peste, y la división de la Iglesia católica conocida como Gran Cisma, cuando había simultáneamente dos o tres papas rivales.
El debilitamiento del sistema feudal y la estructura gremial repercutió en una mayor libertad comercial, que poco a poco dio paso a la conformación del sistema económico capitalista.
La caída de Constantinopla en poder de los turcos otomanos en el año 1453 significó el cierre de las actividades comerciales con el Mediterráneo oriental, por lo que la burguesía europea tuvo que buscar nuevas rutas comerciales hacia el oeste, fomentando así el desarrollo de las técnicas de navegación que posteriormente facilitarían los grandes descubrimientos geográficos.